Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012–2018), el aumento de la deuda externa (de aproximadamente $190,000 millones a $450,000 millones de USD) se destinó a una combinación de proyectos de infraestructura, reformas estructurales, gasto social y el financiamiento de déficits fiscales, entre otros rubros. A continuación, un desglose de los principales usos:
1. Reformas estructurales
- Energética:
- La apertura del sector energético (reforma constitucional de 2013) requirió inversión en infraestructura, como gasoductos, plantas de energía y modernización de PEMEX.
- PEMEX acumuló deuda por $100,000 millones de USD para financiar proyectos de exploración y producción, aunque gran parte se usó para cubrir su déficit operativo.
- Educativa:
- Implementación de la reforma educativa, incluyendo programas de evaluación docente e infraestructura escolar.
2. Infraestructura emblemática (y polémica)
-Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM):
- Se destinaron $13,000 millones de USD a su construcción antes de su cancelación en 2018. Parte de estos fondos se perdieron en indemnizaciones a contratistas.
-Proyectos carreteros y ferroviarios:
- Construcción y modernización de carreteras (como la autopista Durango-Mazatlán) y el Tren México-Toluca.
3. Gasto social y subsidios
- Programas sociales:
- Prospera (antes Oportunidades), pensiones para adultos mayores y apoyo a madres solteras.
- Seguro Popular: Mantenimiento del sistema de salud pública.
-Subsidios a combustibles:
- Entre 2015–2017, el gobierno gastó ~$30,000 millones de USD para subsidiar gasolinas y diésel ante la caída global del precio del petróleo.
4. Déficit fiscal y obligaciones financieras
- Cobertura de déficits:
- México registró déficits fiscales cercanos al 3% del PIB anual durante su sexenio. La deuda ayudó a cubrir gastos corrientes, como salarios públicos y servicios.
- Pago de deuda histórica:
- Parte de los recursos se destinaron al servicio de la deuda (intereses y amortizaciones de préstamos anteriores).
5. Crisis y contingencias
- Desastres naturales:
- Terremotos de 2017 (como el de CDMX y Oaxaca) exigieron gastos de reconstrucción.
-Caída de ingresos petroleros:
- La baja en el precio del petróleo (de ~$100 a ~$30 por barril entre 2014–2016) redujo ingresos, forzando mayor endeudamiento para compensar.
6. Apoyo a empresas estatales
-PEMEX y CFE:
- Ambas empresas recibieron rescates financieros y avales gubernamentales para refinanciar deudas.
Críticas y controversias
1. Sobrecosto en proyectos: El NAIM y algunos gasoductos fueron señalados por opacidad en licitaciones.
2. Deuda no productiva: Parte del endeudamiento se usó para gasto corriente, no para inversión de largo plazo.
3. Impacto en PEMEX: La deuda de la petrolera aumentó a niveles récord (~$106,000 millones de USD en 2018), limitando su capacidad de inversión.
Fuentes de financiamiento
Los acreedores principales fueron:
- Bonos soberanos en mercados internacionales (70% de la deuda externa).
-Bancos multilaterales como el Banco Mundial y el BID.
Conclusión
El gobierno de Peña Nieto justificó el endeudamiento como necesario para modernizar el país y reactivar la economía. Sin embargo, críticos señalan que gran parte se destinó a gasto no estratégico, agravando la vulnerabilidad financiera de México. El legado incluyó una deuda pública récord y presiones sobre administraciones posteriores, como la de AMLO, para contenerla.